Con solo 10 años, Floriana se queda cautivada por la belleza de una magnífica villa toscana, a las afueras de su pequeño pueblo, y sueña con vivir allí algún día. Una tarde calurosa, Dante, el hijo del propietario, la invita a su interior y desde ese momento, Floriana, sabe que su destino está allí, con él. 2009. Décadas más tarde y a cientos de kilómetros de distancia, un hotel rural en la costa de Devon, Inglaterra, está en decadencia. Su dueña, Mariana, decide contratar a un artista para que viva en el hotel durante el verano y enseñe a los huéspedes a pintar. El hombre enigmático ayudará en las discordias familiares y a reconstruir el hotel, sin embargo se albergarán muchas dudas sobre su identidad ¿es realmente quién parece ser? De la campiña italiana a la costa inglesa, Una casa junto al mar narra una historia de amor conmovedora y misteriosa, sobre el poder del perdón y los secretos del pasado.
La casa junto al mar tiene dos historias enlazadas: la primera se sitúa en Italia y trata de una pobre muchacha que fue abandonada por su madre; durante la historia Floriana —que así se llama la niña— va robando el corazón del lector y el del chico misterioso de la casa junto al mar. La belleza de la casa es la que lleva a Floriana a espiar desde la tapia hasta que Dante, el hijo del dueño, la ve y le invita a dar un paseo por sus jardines. Lo que ninguno de los dos sabía en ese instante es que ese paseo iba a cambiar las vidas de ambos. Durante el transcurso vemos como su amistad se enfrenta a obstáculos por la clase, y por el amor que empieza a surgir en esa relación. No está bien visto que una chica sin madre ni dinero atrape al chico con futuro y dinero.
La segunda historia está ambientada en Devon, Inglaterra. Se centra en Marina —alias Submarino— y su esposo. Estos son dueños de un hotel con problemas, pero no están dispuestos a dejarse vencer y deciden darle a su pequeño hotel una cosa que los demás no tienen: un pintor residente para que los clientes aprendan a pintar mientras dure su estancia. Ahí es donde entra Rafa. El pintor, a parte de ser un artista guapo, esconde un secreto oscuro y profundo que se irá desvelando entre las páginas.
La casa junto al mar tiene todo lo que puedas imaginar en una novela: romance, misterio, intriga, una ambientación muy lograda y personajes que te harán sentir todo lo que les ocurre. Yo misma me encariñé con Floriana.
A veces el ritmo bajaba un poco, pero creo que es porque la escritora —a veces— se pasa de descriptiva y tú estás loca por saber más del personaje o de su historia. Pero igualmente me gustó bastante. Es una lectura lenta, pero que disfrutas durante todo el camino hasta su fin. Por mi parte diré que me pasé el libro esperando saber qué le pasaba a Floriana, pues era mi parte favorita de la novela y me tenia en ascuas. El suspense y las emociones son muy intensas y no puedes dejar de pensar en continuar leyendo .
Los demás personajes también van evolucionando a través de las páginas. Son cercanos y ves como cada uno se enfrenta a la vida e intenta conseguir su felicidad. Tiene mucha profundidad y hace que te sientas intrigado por todos. En general, creo que es un libro que hay que leer con calma. Es algo lento en algunos aspectos, pero la trama y los personajes son los que te dejarán con ganas de más.
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