La acaudalada familia Van Burnam regresa de un viaje al extranjero al mismo tiempo que aparece una mujer muerta en el salón de su casa. Un gran aparador ha caído sobre ella aplastando su cara, y aunque la policía sospecha que la víctima es la esposa de uno de los hijos del señor Van Burnam, éste insiste en que no la reconoce. ¿Qué hacía la mujer en una mansión que permanecía cerrada? ¿De quién son las extrañas prendas que llevaba puestas? ¿Estaba muerta antes de caer
sobre ella el aparador?...
En El misterio de Gramercy Park (1897) una solterona de mediana edad, la señorita Butterworth, se convierte en detective aficionada cuando un extraño asesinato tiene lugar en la mansión contigua a su vivienda. Así da comienzo una compleja investigación llena de giros equivocados y con una intrigante trama que mantiene en vilo al lector hasta la última página.
Obra maestra de la «madre de la novela de detectives», Anna Katharine Green, conocida como la Agatha Christie de la época victoriana. Su protagonista es la encantadora señorita Butterworth, brillante precursora de la señorita Marple.
En realidad es una historia de detectives clásica. Tiene toques divertidos que le hacen más atractiva al lector, pero algo no me ha terminado de convencerme.
Entre los personajes se encuentran dos detectives. Uno de ellos es un detective de policía de alto rango, Sr. Gryce. Antes de esta novela, el detective Gryce ya tenía 7 novelas de detectives. Este es uno de los detalles que desconocía antes de emprender la lectura. El otro es una viejita entrometida: la señorita Amelia Butterworth, que resultó ser un oponente bastante duro de roer para Detective Gryce.
La señorita Amelia tiene una verdadera alma de detective confía en su intuición y se deja llevar por sus averiguaciones sin pensar en las consecuencias. Pero eso no la hace menos dama de la sociedad, si no que es un poco esnob y siempre presta atención a la etiqueta y las normas de la decencia.
Para la resolución de este caso era muy importante tener en cuenta todos los detalles para poder llegar al punto en cuestión: la ropa de mujer, los guantes, enaguas, abrigos, sombreros, pañuelos, etc. Ella ya intuía que se trataba de un asesinato, pero eso no la detuvo. Hacía sus listas con dudas y descubrimientos, detalle que me pareció muy curioso y divertido. Y sacaba conclusiones en frío, sin dejarse llevar por sus primeros indicios. Todo esto la lleva a plantearse ciertas cosas que un hombre jamás hubiera descubierto, como saber el estatus social de una persona por sus gestos y su vestimenta o si había más personas en la casa en el momento del suceso.
Me gustó la manera de ser orgullosa y resolutiva del personaje principal, lo único que no estoy de acuerdo es la comparación con Agatha Christie. Me parece que no se parecen ni las protagonistas ni la forma en escribir, pero bueno... ¡para opiniones, los colores!
Por último, a pesar de que esta historia tiene misterios y enrevesadas pistas que llevan a pensar una cosa detrás de otra, al final te sorprende con una solución que no se me había ocurrido. Aunque, admito, no soy muy “detectivesca”.
Antes de acabar debo confesar que a veces Amelia me pareció más una vieja entrometida y cotilla que un detective, pero es una impresión que no sé si a todos los que la habéis leído os ha dado, así que decidme: ¿Os dio esa sensación? ¿Os dejó la resolución del caso con la boca abierta después de especular durante todo el libro ?
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