Una noche, un ladrón se infiltra en el laboratorio del doctor Emanuel Margolis —un reputado científico que está trabajando para acabar con la depresión y la tristeza en la humanidad—, robando la medicina con la que el doctor pretende curar a su esposa Tammy, que languidece en un hospital psiquiátrico. Sus hijos, Yonatán y Ela, siguen al ladrón a una Babilonia antigua, donde se encuentran con un mundo fantástico en el que coexisten la magia y la ciencia, los demonios y las máquinas... y los psicofármacos.
Babilonia está gobernada por el Emperador y la terrible Orden de los Ajshadrapanim. Estos controlan a la población, sobre la que se cierne la amenaza de la Plaga de las Manchas Tenebrosas, una terrible enfermedad que se originó en el Abismo y que hace que los que la sufren caigan en una profunda depresión, siendo internados en «campos de sanación».
Pero un ejército rebelde se está preparando en las montañas. Están comandados por el caudillo Hilel Ben Shajar, que según los chamanes fundará una nueva dinastía y acabará con el poder de la Orden.
Mientras, en todo el reino crecen los rumores acerca de la llegada de un Leviatán, una ballena de tamaño y poderes extraordinarios...
En esta audaz novela, Yanai utiliza elementos sacados de la mitología judía, babilónica, sumeria y acadia, y también crea una nueva y emocionante historia alternativa.
No cabe duda que la sinopsis es capaz de levantar curiosidad por sí misma.
Seres mitológicos, dosis de fantasía, acción, manchas negras, rebeldes,... Todo lo que un lector de literatura fantástica desea encontrar en un libro.
Lo que desconocía antes de empezar la lectura es que esta novela forma parte de una trilogía. Para mi alivio, esta es la primera parte.
La historia esta narrada en diversos frentes: Ela —la hermana mayor—, Yonatán –el hermano menor— y Ninó —el Alma del Imperio. Esta fórmula provoca algún que otro descompás temporal: la historia avanza por un lado y, al cambiar de personaje, tardas un poco en comprender que estás leyendo algo anterior a lo que recién acabas de descubrir. Fuera de eso, nos encontramos con una lectura bastante ágil dentro del género.
La historia sigue un formato que algunos ya conocimos con Narnia. Los dos hermanos encuentran un portal a través del cual llegan a un mundo desconocido: la antigua Babilonia.
En ese mundo vivirán unas aventuras que, aunque en algún momento resultan un poco redundante, nos entretendrán por sus dosis de acción e incluso épica.
Los personajes, tanto los principales como los secundarios, están bien construidos. De ellos destaco Pasusu, el demonio que acompaña a Yonatán y que llena las páginas de humor con sus salidas de tono.
En definitiva, El Leviatán de Babel es una novela entretenida con la que disfrutaremos, sin duda, de una apacible lectura llena de magia, aventuras y acción.
Esperamos que pronto llegue a nosotros la segunda parte de la trilogía.
1 Susurros:
¡Hola!
No conocía este libro, pero me ha llamado la atención, me lo apunto :3
Gracias por la reseña, ¡un beso!
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