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Las chicas de Canterbury





Che de Milan no pasa por su mejor momento. Tres días después del funeral de su madre, recibe la urna con las cenizas y una nota adjunta recordándole una promesa que tenía medio olvidada: Conforme a nuestro acuerdo, ahora debes llevarme a Canterbury. 
En un principio desecha la idea. Al fin y al cabo, era solo una de las ideas excéntricas de su madre… Pero tras recibir una segunda carta de su novio, en la que la abandona por otra, toma la decisión definitiva: se marcha a Canterbury. 
De mala gana, se une a ocho desconocidas en un viaje de casi cien kilómetros entre Londres y el santuario de Thomas Becket en la catedral de Canterbury, conocido por sus milagros. 
Che, que es una adicta al trabajo, se verá obligada a aflojar el ritmo, a dejarse llevar y a tomar conciencia del mundo que la rodea. Las peregrinas van narrando historias por el camino a la manera de Chaucer, rivalizando por ver quién consigue plasmar con más acierto la verdadera esencia del amor. A medida que estrecha lazos con sus compañeras (y, lo que es más importante, consigo misma), Che irá descubriendo las difíciles y sorprendentes enseñanzas que nos depara el camino acerca de la vida y la muerte, el amor, el desamor y las virtudes de la imperfección. 




«Siri, ¿cuál es el significado de la vida?
Ella responde: Para pensar en este tipo de preguntas».

La verdad es que Las chicas de Canterbury me ha sorprendido: es un libro muy diferente a lo que me esperaba. La premisa del libro «comer, amar y orar» en realidad es como una versión moderna de los Cuentos de Canterbury de Chaucer.

La historia comienza cuando el último deseo de la madre de nuestra protagonista se empieza hacer realidad: un viaje a Canterbury como hacían los peregrinos en su época (es decir: caminar desde Londres hasta Canterbury por el camino marcado). Siendo una buena hija, nuestra protagonista deja todo y viaja al Reino Unido para embarcarse en la aventura de una peregrinación a Canterbury.

La escritora hace un trabajo increíble en la creación personajes, tan reales y cercanos. El lector se deja llevar con cada palabra de cada cuento de nuestras protagonistas, sintiendo empatía por el grupo. Me encanta el desarrollo experimentan los lectores de "oh tienen muchas cosas en común" a "hay más de lo que parece". La conexión entre los personajes fue también un gran acierto, ya que es un grupo de extraños al azar.

Kim Wright ha hecho un excelente trabajo al atrapar al lector a lo largo de este viaje. La descripción es excelente, sin ser tediosamente pesado. Se llega a experimentar todo incluso los pequeños pueblos y posadas, una aventura maravillosa desde la comodidad de tu hogar.


Creo que el único problema que tengo es con la portada, la encuentro un poco engañosa. Hace que creas que el contenido es muy diferente al que te encuentras y, aunque no se me hizo pesado, creo que me lo esperaba un poco más ligero. Aparte de eso la trama, el humor, la emoción, los personajes se suman a una combinación ganadora. 

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