Carolin tiene veintiséis años y acaba de perder al amor de su vida. En medio del dolor, descubre que es la única heredera de la inmensa fortuna de su marido, que ahora se disputa con Leo, el hijo del difunto esposo y exnovio de ella. No es extraño que Carolin se emborrache por primera vez en su vida, vaya a terapia, se gaste una fortuna en zapatos
Por suerte, no está sola en este momento tan difícil, y en su ayuda acuden su hermana y su cuñado, un amigo farmacéutico que ella ha decidido creer que es homosexual, y un fox terrier disecado llamado «número doscientos cuarenta y tres».
Ésta es una novela en la cual la autora nos muestra que en la vida en ocasiones se toca fondo, y que podemos escapar de él. Nuestra protagonista es una chica muy inteligente y con un humor muy propio capaz de hacernos sonreír mediante el relato de su historia hacia en vacío y de su resurgir de esa situación hasta volver a ser ella misma.
Me ha parecido una historia muy ágil de leer a la par que tierna, divertida e incluso mordaz en alguna ocasión. Aunque el hilo de la historia no sea ni más o menos apasionante, he de decir que gracias a los personajes la novela es capaz de cobrar vida propia y atraparte hasta el final.
Me gusta el hecho que, al principio de cada capítulo, se inicie con una cita que engloba la situación de la protagonista en cada momento.
La novela está narrada en presente y primera persona, aunque para ayudarnos a comprender hasta el último detalle la escritora nos lleva en flashes hasta el pasado, presentándonos un poco el porqué de todo.
He de admitir que al final me esperaba un poco de acción en el libro, pero finaliza tan abruptamente que me quedé un poco parada. Luego creo que reaccionas y piensas que, aunque yo esperaba algo más, es una historia agradable y sencilla que te llega directa al corazón.
Así que lo recomiendo para una tarde divertida y entretenida.
2 Susurros:
La verdad es que tiene buena pinta...
Un beso!
No creo que llegue a leerla, pero parece una buena lectura.
Gracias por la reseña.
;)
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