Canción de Hielo y Fuego II: Choque de Reyes

Un cometa del color de la sangre hiende el cielo, cargado de malos augurios. Y hay razones sobradas para pensar así: los Siete Reinos se ven sacudidos por las luchas intestinas entre los nobles por la sucesión al Trono de Hierro. En la otra orilla del mar Angosto, la princesa Daenerys Targaryen conduce a su pueblo de jinetes salvajes a través del desierto. Y en los páramos helados del norte, más allá del Muro, un ejército implacable avanza hacia un territorio asolado por el caos y las guerras fratricidas. 

George R.R. Martin, con pulso firme y enérgico, nos deleita con un brillante despliegue de personajes, engranando una trama rica, densa y sorprendente. Nos vuelve testigos de luchas fratricidas, intrigas y traiciones palaciegas en una tierra maldita por la guerra, donde fuerzas ocultas se alzan de nuevo y acechan para reinar en las noches del largo invierno que se avecina.

Todos coincidimos, mayoritariamente, en que la saga Canción de Hielo y Fuego es una obra de arte en cuanto a fantasía épica. También coincidiremos en que, tal vez, sus protagonistas más destacados son Tyrion, Arya, Jon Snow y Bran Stark.

Los personajes están muy bien construidos. Son especiales y heroicos, puede que en algún momento de la trama cometan errores, pero luego los subsanan con lealtad, valentía y bondad. 

La única que no me convence, tal vez, es el papel extremadamente victimista de Sansa. Me da la sensación de ser algo aburrido e insípido. Por otro lado tenemos a un villano convincente: Theon Greyjoy, que despierta sentimientos de irritación e indignación en su andadura. 

Mis favoritos son los hermanos Stark: Arya es la típica niña que sueña con ser un caballero y Bran es un chico tullido y misterioso que puede llegar a dar un juego tremendo. Por otro lado también tenemos al hermano bastardo, Jon Snow. No sé que tiene dicho personaje, pero da una sensación de cercanía, ayudándote a seguir su historia con adicción.

En esta segunda entrega se añadirán nuevas familias y personajes que no aparecieron en la primera parte, como los Tyrell de Altojardín, los Rendly,...

En su trama, cuando piensas que ya está todo atado ocurre algo que desequilibra la balanza, desmontando los argumentos y volviendo a seducirte. Una saga que no deja de sorprenderte y tornar cada vez más intrigante y adictiva.